El sisal

El sisal es una fibra natural relativamente joven, ya que su uso no comenzó hasta finales del siglo XIX y alcanzó su apogeo a principios del siglo XX. A pesar de la disminución de su uso, sigue siendo una de las fibras naturales más importantes del mundo. Las plantas de sisal se cultivan preferentemente en zonas climáticas tropicales y subtropicales de la Tierra, con un clima suficientemente uniforme y caluroso durante todo el año.

«Sisal» es el nombre que reciben las fibras de las hojas de algunos agaves, especialmente las del agave sisal (Agave sisalana). La planta es originaria de México y actualmente los principales países productores son Brasil, Kenia, Tanzania, China, Madagascar y Mozambique. En África Oriental y Madagascar predomina el cultivo de plantas híbridas. En Brasil solo se cultiva la planta original, el Agave sisalana. Estas fibras se caracterizan por una resistencia muy elevada a la tracción.
La extracción de la fibra (separación de la fibra del tejido de la hoja) se realiza mecánicamente (ya sea mediante máquinas estacionarias o móviles). El uso de agua en la extracción de las fibras de la hoja es un factor esencial para la calidad y, en última instancia, también para el uso previsto de las fibras.

El peso de la fibra seca representa solo entre un 2 y un 5 % del peso total de las hojas frescas.

El Dr. Hindorf fue el primero en llevar agaves sisal desde su región de origen, Yucatán (puerto de Sisal), al África Oriental alemana. Estas fueron las plantas madre de la importante industria del sisal en África Oriental. Las fibras de sisal también se cultivaron en Indonesia hasta mediados de la década de 1960 y, en Angola, hasta mediados de la década de 1970.

En 1908, las máquinas CORONA (Krupp-Grusonwerk, Magdeburg [Alemania]) se utilizaron por primera vez en la actual Tanzania para extraer la fibra de sisal. Estas y otras máquinas similares de las marcas STORK y ROBEY se siguen utilizando en el África Oriental y Madagascar. Estas máquinas estacionarias están diseñadas para la producción de grandes cantidades. Mediante agua a alta presión y «tambores giratorios» equipados con cuchillas, se separa la fibra de la pulpa y del resto de la hoja. Dependiendo de su construcción y tamaño, estas máquinas consumen unos 35 000 litros de agua por hora. A continuación, las fibras se secan y cepillan y, tras su clasificación, se prensan en balas.

Para garantizar una buena tasa de utilización de las máquinas estacionarias para el desfibrado, estas solo se utilizan en grandes plantaciones contiguas de cultivo de plantas de sisal, fundamentalmente en África Oriental y Madagascar.

En Brasil, en cambio, no existen grandes plantaciones (con una excepción) y son pequeños agricultores quienes cultivan el sisal. Alrededor del 90 % de la producción de sisal de Brasil procede del llamado «Sertão nordeste», una zona semidesértica en el interior del estado de Bahía (al noreste de Brasil). El desfibrado se lleva a cabo directamente en los campos mediante máquinas móviles y sin uso de agua, ya que esta es muy escasa en la región de todos modos.

En África Oriental, el uso industrial de la fibra de sisal comenzó a principios del siglo XX. En Brasil, la producción no comenzó a una escala comercialmente significativa hasta el período comprendido entre 1937 y 1941. Brasil comenzó a exportar sisal en 1946 y solo cinco años más tarde, en 1951, ya era el segundo país con mayor producción. A partir de 1964, el mercado del sisal se hundió gradualmente debido a la competencia creciente de las fibras sintéticas y su producción continuó disminuyendo.

A principios de la década de 1970, la producción mundial de sisal y henequén todavía era de aproximadamente 800 000 toneladas anuales, mientras que para el cambio de milenio ya había caído a alrededor de 200 000 toneladas. Recientemente ha vuelto a aumentar el uso del sisal debido a las nuevas aplicaciones y al aumento del precio del petróleo crudo, que es la base de las fibras sintéticas.

Las fibras de Agave sisalana se caracterizan por una resistencia muy elevada a la tracción y se utilizan sobre todo para la fabricación de cuerdas para atadoras y gavilladoras (en agricultura). Las fibras de las plantas híbridas, más finas, también tienen una alta resistencia a la tracción, pero pueden hilarse en cuerdas mucho más finas. Estas cuerdas más finas (teñidas o sin teñir) se utilizan hoy en día, entre otras cosas, para la fabricación de alfombras.

El contenido en celulosa de las fibras se sitúa entre el 55 y el 65 %, por lo que la fibra se utiliza también para la fabricación de pasta de papel.

Aplicaciones del sisal Calidades del sisal

Informes de mercado

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